Frena. Esto es importante.
Has llamado a la puerta. Bien.
Pero todavía no estás dentro.
Te acabo de mandar un email. Ese email es la llave.
Dentro hay un enlace. Si no haces clic, te quedas fuera. Así de simple.
Ahora, escucha:
Tu gestor de correo a veces es gilipollas y esconde lo que importa.
Haz esto:
Revisa la carpeta de spam (o la de “Promociones”). Si me ves ahí, sácame de esa puta pocilga y arrástrame a tu bandeja principal.
Añádeme a tus contactos. Dile a tu correo que soy de los buenos. Mi email es julian@rcrconsulting.es.
¿Has usado un correo de empresa? Algo así como tunombre@tuempresa.com, el problema está en tu lado. El informático de tu curro seguramente capa todo lo que huele a libertad. Apúntate con un correo que mandes tú (un Gmail, por ejemplo), no uno que te controlen.
Esto no es Amazon Prime, el email puede tardar unos minutos. Ten paciencia.
Si después de todo esto sigues sin verlo, entonces escríbeme a julian@rcrconsulting.es y tendré que buscarte a mano, como en la prehistoria.
P.D.: La tranquilidad que buscas empieza cuando haces clic en ese enlace. No lo dejes para luego.
